Valores
Trabajamos en un sistema de valores basados en la HOSPITALIDAD como metavalor que se extiende a otros valores como la CALIDAD como base esencial del servicio y gestión en nuestros centros, el RESPETO por todas las personas que acuden a nuestros centros, la RESPONSABILIDAD como criterio fundamental en el desarrollo del servicio y gestión, y la ESPIRITUALIDAD para guiar a cada persona en su búsqueda de significado, de la religión y lo trascendental en sus vidas.
La Hospitalidad es nuestro valor central, que se expresa y se concreta en los cuatro valores guía, es decir calidad, respeto, responsabilidad y espiritualidad.
CALIDAD
Excelencia, profesionalidad, atención holística, conciencia de las nuevas necesidades, modelo de unión con nuestros Colaboradores, modelo de atención Juandediana, centros acogedores y colaboración con terceros.
RESPETO
Respeto por el prójimo, humanización, dimensión humana, responsabilidad recíproca para con los Colaboradores, Hermanos y laicos, comprensión, visión holística, promoción de la justicia social, derechos civiles y humanos, implicación de los familiares.
RESPONSABILIDAD
Fidelidad a los ideales de San Juan de Dios y de la Orden, ética (bioética, ética social, ética de gestión) protección del medio ambiente, responsabilidad social, sostenibilidad, justicia, procuramos una justa distribución de los recursos.
ESPIRITUALIDAD
Pastoral de la salud, evangelización, ofrecemos atención espiritual a los miembros de otras religiones, ecumenismo, colaboramos con parroquias, diócesis y otras confesiones religiosas. Promovemos el amor a Dios en todas las dimensiones de la vida.
Principios y filosofía
El número 43 de los Estatutos Generales de la Orden, formula los siguientes principios:
El centro de interés de cuantos vivimos y trabajamos en el hospital o en otra obra asistencial, es la persona asistida.
Promovemos y defendemos los derechos del enfermo y necesitado, teniendo en cuenta su dignidad personal.
Nos comprometemos decididamente en la defensa y promoción de la vida humana.
Reconocemos el derecho de las personas asistidas a ser convenientemente informadas de su estado de salud.
Observamos las exigencias del secreto profesional y tratamos de que sean respetadas por cuantos se relacionan con los enfermos y necesitados.
Defendemos el derecho a morir con dignidad y a que se respeten y atiendan los justos deseos y las necesidades espirituales de quienes están en trance de muerte, sabiendo que la vida humana tiene un término temporal y que está llamada a la plenitud en Cristo.