56 Años al servicio de la Hospitalidad

Al mirar retrospectivamente mi itinerario vital de estos 56 años, vividos en hospitalidad me resalta:  Un hilo conductor y motor de toda mi vida, la presencia de Dios a lo largo de la misma. El es el protagonista de mi itinerario, punto de apoyo y fuerza vitalizante que empuja mi caminar y da sentido a mi vida de consagrado en hospitalidad.

 

Mi mirada se vuelve al día en que sin saber muy bien porque abandone el pueblo e ingrese en el Colegio Apostólico de los hermanos de San Juan de Dios en Palencia. Esta decisión ha marcado el itinerario de toda mi vida.

 

A partir de ahí distingo distintas etapas: una primera el envío a Bolivia, algo novedoso, algo que marco mi visión de la vida, en contacto con otra cultura, con otras gentes, otras necesidades, que te rompen tus esquemas de vida y tu forma de vivir la consagración.

 

Mi regreso a España marca una etapa larga itinerante de pasar de una Obra Apostólica a otra, con cargos de animación de grupos comunitarios y de y gestión de distintos centros. 

 

Una tercera etapa es mi encuentro con la enfermedad en la que me encuentro, gestionando esta etapa final, abierto como siempre a cumplir la voluntad de Dios, y luchando con pasión el la recuperación de la salud. Una etapa que me brinda la oportunidad de vivir la fragilidad al servicio de la hospitalidad desde otra dimensión ser Agente de humanización, favoreciendo los  espacios para el dialogo y la evangelización.

Compartir este contenido