Años de gratitud y no ausente de dificultades que la vida diaria va presentando. Mi experiencia de hospitalidad  siempre ha ido marcada por una total confianza en la presencia de Jesus en los acontecimientos de mi vida.

 

Por tanto ¿Quién podrá separarme del amor de Dios? Se con certeza que hoy me encuentro donde Dios quiere y que cada día intento defender los derechos de los necesitados allí donde la responsabilidad y la obediencia me situan. 

 

San Juan de Dios marca de una forma especial, no sólo como figura a admirar, sino que de alguna manera me ha ido configurando internamente y haciendo que me exprese de una manera alegre, libre y cercana para llevar el Evangelio allí donde estoy.

 

Mi vivencia en Comunidad y el estilo que la Orden tiene de situarse ante el mundo, me atrae, así pues no dejo de animar a más personas a seguir a Jesus en este camino, son 13 años acompañando desde la Pastoral Juvenil Vocacional a personas que  se cuestionen la vida consagrada como una posibilidad más de vivir. 

 

Por ello siempre en hospitalidad desde ser feliz y en libertad.

Compartir este contenido