A todos los Hermanos y Colaboradores, mienbros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios 

Con motivo de la fiesta de San Juan de Dios el día 8 de marzo, quiero enviaros a todos mi felicitación y mis mejores deseos de que preparemos y celebremos con mucha alegría la solemnidad de nuestro Patrono y Fundador. 

 

El año pasado recordaréis que en estas fechas os hablaba de volver a Granada, y destacaba la audacia y el compromiso de nuestro Fundador en este momento de su vida, que nos servía como inspiración a todos nosotros y nos sigue sirviendo en la actualidad naturalmente, llamándonos a volver cada día a nuestra misión, respondiendo así a la llamada del Señor.

 

 

Este año deseo continuar con este mismo hilo conductor y recordar en los inicios de la vuelta a Granada de Juan, el episodio de la Casa de los Venegas, hoy conocida como Casa de los Tiros. En ella el dueño de la misma, Miguel Abid Venegas, le ayudaba y le dejada cobijar por las noches a los pobres que el bendito Juan de Dios recogía por las calles de la ciudad. 

 

En la fachada se ve todavía hoy el lema de la casa, representada por la espada y el corazón, donde se puede leer “el corazón mande”. Seguramente la familia que allí vivia quería destacar los valores de la generosidad, la bondad y la acogida, entre otros. El caso es que nuestro Juan comprobó agradecido que dichos valores eran practicados por aquella buena familia, hasta que aquel zaguán solidario se quedó pequeño y hubo de buscar uno más grande. 

 

 

En su vuelta a Granada, Juan de Dios entendió que había llegado el tiempo de actuar, de hacer visible lo que Dios le pedía, de poner en práctica la hospitalidad dedicándose a los pobres y enfermos. ¡Granada será tu cruz!. Allí llegó para desvencijarse por los demás, sabiendo que servir a los pobres y frágiles del mundo, es servir al propio Cristo. 

 

Juan de Dios con su vida, realizó plenamente la inscripción de la Casa de los Venegas –el corazón mande- y lo concretó en un compromiso real y visible a los ojos de todo el mundo. Del corazón salen las mejores intenciones y los mejores valores a favor de los demás. Del corazón de Juan de Dios salió la hospitalidad segun el estilo del Buen Samaritano, como la urdimbre vital, capaz de transformar el mundo. La inscripción de su vida y de su corazón fue a partir de ese momento, “La hospitalidad mande”. Creo que para todos los que somos sus seguidores, para quienes formamos parte de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios, esta experiencia suya es también una fuente de inspiración y una llamada a reflexionar, de modo especial en estos días, sobre el modo de entender y vivir la hospitalidad, la cual ocupaba el centro de su vida y de sus intereses, el centro de su corazón. 

 

Decir la “hospitalidad mande”, es una manera de resumir la vida y el proyecto de nuestro Fundador. Es un modo de sintetizar el carisma, la misión y sobre todo la espiritualidad de quienes le seguimos. Significa que la hospitalidad debe ser siempre el criterio central en nuestra vida, en nuestra misión y trabajo, en nuestras relaciones, en nuestra conducta, en todo. Es el criterio de discernimiento humano, espiritual y ético. Es siempre la referencia ante cualquier decisión que se deba tomar. 

 

 

Deseo invitaros a todos a releer este slogan en toda su profundidad, precisamente en los tiempos que vivimos. San Juan de Dios nos pide a sus seguidores, mirar con honestidad nuestro corazón y ver qué lo habita, eliminando el autorreferencialismo o egocentrismo que en ocasiones ocupa demasiado espacio. En nuestro corazón solo puede mandar la hospitalidad hecha servicio y entrega a los hermanos más vulnerables, enfermos y necesitados. Ellos son personas con rostros concretos que sufren las secuelas de las enfermedades físicas, sociales y espirituales. Como el bendito Juan, volvamos cada uno a nuestra Granada particular y respondamos con su mismo slogan hecho vida: la hospitalidad mande a favor de los necesitados. Esta es la respuesta profética, que más que nunca, necesita nuestro mundo. 

 

Durante 2015 estamos celebrando el año de la Vocación a la Hospitalidad. La fiesta de nuestro Fundador debe ser un momento fuerte para celebrar y agradecer nuestra vocación. Su vida y su ejemplo son una llamada a todos nosotros a invitar a otros a sumarse a este proyecto, para que la hospitalidad también mande en sus corazones. Ciertamente la mejor forma de hacerlo es el testimonio de nuestras vidas, es decir, que los demás puedan descubrir que para nosotros lo que manda es la hospitalidad, segun el estilo de San Juan de Dios. Seguramente hay que hacer otras muchas cosas, pero esta es la más importante para que, ojalá, muchas otras personas se sumen a la hospitalidad. 

 

 

Quiero aprovechar la oportunidad para informar a toda la Orden del resultado de la campaña del año 2014 a favor de la “Renovación del Instituto Psiquiátrico San Juan de Dios de Cochabamba (Bolivia), Unidades de Mujeres e Infantil (Psicopedagógico)”. Han llegado 317.820,52 euros, fruto de vuestra generosidad y solidaridad, por lo que una vez más os doy mi más sincero agradecimiento. 

 

 

Al mismo tiempo os informo que durante el presente año 2015 continuaremos con la campaña abierta para apoyar a nuestros centros en Sierra Leona y Liberia, como consecuencia de la crisis del Ebola. De nuevo os agradezco vuestra generosidad y os pido que sigamos ayudando a esta causa, con la esperanza de que durante este año se pueda vencer esta epidemia. 

 

De nuevo mi felicitación para toda nuestra Familia y mi deseo de que paséis un feliz día de San Juan de Dios. Tengamos en este día presentes de forma especial a todos los enfermos, pobres y necesitados, a todas las víctimas de la epidemia del ébola y a nuestros Hermanos y Colaboradores que continuan su misión en Liberia y Sierra Leona. Sigamos celebrando con entusiasmo el año de la vocación a la hospitalidad y dispongámonos a clausurar en abril, el Centenario de la muerte de San Benito Menni, un hijo aventajado de San Juan de Dios. Pidamos al Señor que la hospitalidad mande siempre en nuestros corazones y cada vez en los de más personas. 

 

 

Unidos en el Señor y en San Juan de Dios, recibid un abrazo fraterno.

 

Hno. Jesus Etayo 

Superior General 

 

 

Hno. Jesus Etayo 

Superior General 

Compartir este contenido