La Orden Hospitalaria

Somos una organización de carácter canónico sin ánimo de lucro, regida y orientada por el carisma de la Hospitalidad, con más de 400 años de experiencia en el mundo y presencia en 55 países; en Colombia, desde hace cerca de 100 años somos pioneros en la atención de salud mental,  a través de una red de profesionales y clínicas en lo que trabajamos basados en la Hospitalidad, la calidad, el Respeto, la Responsabilidad y la Espiritualidad.

Orden Hospitalaria en el Mundo

Desde Granada (España), lugar donde nació en 1537 a partir de la persona de Juan Ciudad, la Orden desarrolla y transmite un proyecto de asistencia que ha variado mucho en sus formas y expresiones, pero que mantiene como eje central la acogida y atención a personas enfermas y necesitadas en todo el mundo.

Nuestra Orden Hospitalaria se encuentra hoy presente en 50 países de los 5 continentes, tenemos unas 400 obras apostólicas.

Habiendo recibido como herencia el carisma de la hospitalidad, nos dedicamos como misión, a ejemplo de nuestro fundador, a los enfermos y personas que sufren. En la forma de vivir y de actuar manifestamos nuestra espiritualidad.

Al dedicarnos a los que sufren nuestro planteamiento abarca lo sanitario y lo social. En la Iglesia nos definimos como Orden mendicante, hemos intentado actuar con una actitud de beneficencia frente a los que lo necesitan. Estamos presentes en países, con organización del Estado en diversos servicios, por lo que para trabajar tenemos acuerdos con los Ministerios de Salud, de Asistencia social y con otros organismos civiles: alcaldías, etc.

Estamos presentes en países mucho más necesitados donde, los centros de la Orden, basados en el principio de subsidiaridad y movidos por el espíritu misionero, suplen carencias existentes en el ámbito de salud y en lo social, desde los centros promovidos. Estamos al servicio de los enfermos en general y de los enfermos mentales. Hemos promovido últimamente mucho la creación de unidades de cuidados paliativos, de enfermos del Sida, de enfermos de Alzheimer, etc.

Tenemos también Centros para personas con discapacidad (intelectual, física), para ancianos, para los sin techo, programas para los dependientes de drogas fuertes, etc.

Con el personal trabajador y con los voluntarios tratamos de compartir los criterios desde los que queremos realizar la misión, sus valores y proyecto institucional, en el respeto de la identidad de cada uno.

Al estar en sociedades tan distintas tratamos, desde nuestra identidad de centros católicos, de promover además de la curación o rehabilitación, o el acompañamiento de la enfermedad o del estado de marginación, de promover la evangelización trasmitiendo con nuestra palabra pero, sobre todo, con nuestra vida la Buena Noticia que nos trajo Jesucristo. Nuestro primer modo de evangelizar es acoger a todos tal y como son e intervenir en el proceso de acercamiento a Jesucristo como sentido de su vida y a su Iglesia.

Nos sentimos en el mundo, cada vez más secular, expresión de la Iglesia de la caridad.

Orden Hospitalaria en Colombia

La familia religiosa a la que pertenecemos, fue aprobada por el Papa San Pío V el 1 de enero de 1572, y es conocida en la Iglesia con el nombre de ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS.
Este nombre expresa nuestra identidad, pues la razón de nuestra existencia en la iglesia es vivir y manifestar el carisma de la hospitalidad al estilo de San Juan de Dios. Consagrados al Padre por el Espíritu, seguimos más de cerca a Cristo casto, pobre, obediente y misericordioso. De este modo, cooperamos a la edificación de la Iglesia sirviendo a Dios en el hombre que sufre.

La Provincia Colombiana de Nuestra Señora del Buen Consejo es una institución canónica sin ánimo de lucro de tipo religioso que pertenece a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, con mas de 400 años de presencia en el país y en Latinoamérica, la Orden se ha destacado siempre por su servicio a los enfermos a través de obras sociales sanitarias, entre las que se cuentan hospitales generales, psiquiátricos y centros de atención primaria entre otros.

Somos una comunidad de Hermanos Consagrados, que seguimos el ejemplo de Jesús Buen Samaritano y el de Nuestro Fundador San Juan de Dios, quien transformado interiormente por el amor misericordioso del Padre, vivió en perfecta unidad el amor a Dios y al prójimo, se dedicó por entero a la salvación de sus hermanos e imitó fielmente al Salvador en sus actitudes y gestos de Misericordia.

Nuestro Fundador

La tradición ubica su nacimiento en Montemos-o-Novo (Portugal) un 8 de marzo de 1.495, si bien se cree que pronto se trasladó a España hospedándose en Oropesa (Toledo) en donde se dedicó al cuidado y pastoreo de ganado, ya que fue su primer oficio.

En dos ocasiones sale de allí para incorporarse en la vida militar, iniciando un proceso de búsqueda que lo lleva a regresar a Portugal; después se traslada a Sevilla, y posteriormente llega al Norte de África. La etapa inicial de su vida es confusa y se dispone de pocos datos.

Es en 1538, cuando vuelve a la Península y se instala en Granada. Ejerce el oficio de librero que en la época suponía la vida de contacto en la calle y su contacto con libros de tipo religioso. Una fecha especial es el 20 de Enero de 1.539. Tras asistir a la Ermita de los Mártires y escuchar la predicación de Juan de Ávila, se pone en evidencia su

proceso de conversión; demostrando de esta manera una fuerte reacción de disconformidad ante lo que veía en la calle, la pobreza y sufrimiento de muchas personas. Su enajenación es tomada como locura y por este motivo es recluido en el Hospital Real de Granada donde tras contemplar el trato y situación de los enfermos intuye su gran contribución, pidiéndole a Dios que cuando salga pueda disponer de un Hospital donde las personas reciban otro tipo de trato.

Con el apoyo y acompañamiento de San Juan de Ávila empieza a perfilar su acción hospitalaria, recogiendo y atendiendo a cuantos encuentra en la calle. Los recursos con los que contaba eran propios, de igual manera las limosnas que conseguía de las personas de buen corazón; exteriorizándolo así: “Hermanos, haceos bien a vosotros mismos”. Su obra llegó con rapidez, la manera de atender a las personas enfermas y desvalidas; promovió a que surgieran otras personas que acompañarían su labor, sus primeros compañeros fueron libros de tipo religioso.

La obra inicial de San Juan de Dios, la podemos sintetizar en los siguientes puntos:

  • Especial sensibilidad humano-cristiana y social, saliendo al encuentro de las personas necesitadas.
  • Sin condición alguna para asistir al necesitado, actuando con absoluta integridad. “Todo necesitado tiene derecho a ser atendido”.
  • Desarrollo de una asistencia cualificada en la medida de sus posibilidades, reuniendo criterios y métodos de atención lideres para la época
  • Solicitaba recursos a toda la sociedad, sin distinción alguna.