Esta es la primera Carta de tres de las que se tiene registro que San Juan de Dios le escribió a la duquesa de Sesa, doña María de Mendoza. El principal motivo de la carta es agradecer la generosidad brindada por la duquesa y así mismo suplicarle nuevas limosnas.

Juan empieza el escrito con su fe intacta pidiendo a Dios por doña María y sus allegados, luego se da a entender que hacía poco tiempo, San Juan de Dios se había encontrado con la duquesa de Sesa para después emprender un viaje a Alcaudete, un municipio de la provincia de Jaén en España, lugar desde donde partió a Alcalá la Real donde se vio muy enfermo por algunos días. Juan visitó estos lugares ya que estaba empeñado en tres ducados: Andalucía, Castilla y Sesa, para pedir ayuda y así socorrer a sus pobres y enfermos que lo esperaban en Granada.

El santo escribió en la carta acerca de la limosna que doña María de Mendoza le había brindado: un anillo con el que pudo vestir a dos pobres y una manta que compró con el dinero restante. Juan refleja su agradecimiento con la duquesa, su esposo y todos aquellos que lo recibieron en su hogar.

“Dios os pague el buen recibimiento que me hiciste vos y todos los de vuestra casa. Dios reciba vuestra alma en el Cielo y la de todos los que hay en esa casa”.

Juan le recomienda a la duquesa permanecer en oración y acudir a la pasión de Jesucristo, así mismo, le pide que promueva la doctrina cristiana entre sus doncellas y criados.

“Buena duquesa, mostráis que queréis más a Jesucristo que a todo el mundo, confiando siempre en él, y por él, queréis a todos para que se salven”.

San Juan de Dios, habla acerca del duque de Sesa quién se encontraba lejos de su hogar, se refiere a él como un hombre humilde y generoso, pide que Cristo lo guarde del pecado. Juan le desea a él y a la duquesa “hijos de bendición”, así mismo reconoce que doña María se preocupa por su marido al rogar por él y mantener su hogar socorriendo a quienes lo necesitan como lo son las personas que sirven en su casa.

En la carta, Juan de Dios le comenta a la duquesa que en la ciudad de Córdoba, en España, encontró una casa con gran necesidad, allí habitaban dos doncellas con sus padres enfermos desde diez años atrás. Eran personas muy pobres, maltratadas y llenas de miseria, a Juan lo conmovió ver que dormían en “haces de paja” y aunque intentó ayudarlos en el momento, tiempo después recibió una carta de ellos que le partió el corazón. Cuando termina de relatar la historia, el santo le suplica a la duquesa que los pueda ayudar para que compren “dos mantas y dos faldellines” para evitar que las doncellas caigan en pecado por necesidad.

“Más obligada sois a vuestros vasallos que no a los extraños, más dar acá o dar allá, todo es ganar: mientras más moros más ganancias”.

San Juan de Dios termina su carta dando gracias a Dios y pidiéndole a la duquesa que si da la limosna, le envíe una carta de dos renglones para saber que lo hizo.

En la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, promovemos el amor y la caridad por los más necesitados. Sigamos aprendiendo de nuestro patrono San Juan de Dios, asistiendo y pidiendo por todos los enfermos de mundo.

 

Fuente: Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. (1986). Espíritu y vida Cartas de San Juan de Dios. Colombia.

 

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