San Juan de Dios fue un hombre que se caracterizó por su hospitalidad y su entrega a los más necesitados. La quinta carta que el santo dejó va dirigida al caballero Gutiérrez Lasso, hombre del que no se tiene mucho conocimiento, pero las palabras de Juan de Dios indican que era una persona noble y virtuosa que lo ayudaba cuando necesitaba y le daba limosna. Esta Carta y la última, se escribieron paralelas a las que Juan le hizo a la duquesa de Sesa.

Al principio, Juan le expresa a Gutiérrez que se encuentra preocupado y con mucha necesidad. Hay muchos pobres que acuden a su hospital, y no sabe cómo, pero Jesús siempre lo prevé todo y les da de comer. Aproximadamente eran 110 pobres que iban a la “Casa de Dios”, es decir, al hospital.

San Juan de Dios explica que él recibía toda clase de persona con todo tipo de enfermedades: tullidos, mancos, leprosos, mudos, enfermos mentales, paralíticos, tiñosos, otros muy viejos y muchos niños; además, también llegaban peregrinos a quienes no se les negaba la comida.

Cuando Juan lo veía necesario, contactaba cuatro o tal vez cinco ducados que lo ayudaban con la provisión de pan, carne, gallinas y leña. Sin embargo, había veces que pedía fiado y había días que ayunaban.

Juan de Dios le dice a Gutiérrez que tiene muchas deudas, pero no puede irse de la Casa de Dios porque sus pobres lo necesitan; solo Jesucristo lo conoce, sabe cuánta es su preocupación y le ayudará a pagar sus deudas:

“Hermano mío muy amado en Cristo Jesús: he querido daros cuenta de mis trabajos porque sé que os doléis de ellos, como yo haría de los vuestros; sé que queréis bien a Jesucristo y os doléis de sus hijos, los pobres; por ello os doy cuenta de sus necesidades y mías”.

Peticiones de San Juan de Dios al caballero Gutiérrez Lasso

El santo continúa la carta pidiendo al buen caballero que ruegue por él al Señor, para que le de la fuerza para resistir y vencer al mundo, al diablo y a la carne. Confiesa que descansa mucho al escribirle, ya que sabe que Gutiérrez se conduele de sus necesidades. Además, Juan se siente agradecido por el recibimiento que tuvo el caballero cuando lo visitó en su humilde hogar, demuestra estar muy agradecido con él y con todas las personas que lo acogieron en la casa.

San Juan de Dios también le pide al hombre que lo ayude a vender una heredad que había sido de un joven que murió en el hospital. Dicha heredad fue cedida a la Casa de Dios y Juan tenía necesidad del dinero que pudiera generar la venta; cuando esto se hiciera, el santo le pide que le sea enviado el dinero con el joven que le lleva la carta y quién tiene toda su confianza.

“Perdonadme que os dé tanto trabajo, que algún día os será descanso en el cielo; por amor a nuestro Señor Jesucristo os encomiendo este negocio, ya que con el dinero que traiga compraré algunos vestidos a los pobres”.

Juan termina su carta diciendo que no le pedirá limosna al caballero y solo pide que Dios le dé la salvación de su alma. Finaliza firmando con su nombre y la fecha en que hizo la carta: “Granada a ocho de enero de 1550”, es el único escrito que dejó el santo con una fecha especificada.

 

Fuente: Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. (1986). Espíritu y vida Cartas de San Juan de Dios. Colombia.

 

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