El desafío de los países de acoger a los migrantes, intercambio de culturas y el amor por las tierras propias, de eso nos habla el Papa Francisco en el cuarto capítulo de su encíclica social Fratelli Tutti.

El mundo ha sufrido cambios a través de los tiempos, pero así mismo cada territorio ha necesitado conocer y adaptar las culturas de otros lugares para poder tener un progreso. Los países deben estar preparados para aceptar, acoger y respetar los derechos de los migrantes que en muchas ocasiones se separan de sus tierras porque estos derechos fundamentales no les fueron respetados y buscan un lugar mejor, donde puedan vivir en tranquilidad sin necesidad de querer escapar.

“Nuestros esfuerzos ante las personas migrantes que llegan pueden resumirse en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. Porque no se trata de dejar caer desde arriba programas de asistencia social sino de recorrer juntos un camino a través de estas cuatro acciones”.

Caravana de migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador a Estados Unidos.

Caravana de migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador a Estados Unidos.

Es importante que cada país esté abierto a las diferencias e integren la fraternidad entre sus habitantes, también comprometerse a abandonar el uso discriminatorio de la palabra ‘minorías’ que dice Francisco: trae consigo las semillas de sentirse aislado e inferior; prepara el terreno para la hostilidad y la discordia y quita los logros y los derechos religiosos y civiles de algunos ciudadanos al discriminarlos.

El Sumo Pontífice resalta que la llegada de personas de otros países es una oportunidad de enriquecimiento y desarrollo para todos, no debemos poner en sobre alerta a los jóvenes para que sientan miedo ante la llegada de migrantes. Se debe promover una cultura de aceptación, ponernos en el lugar de aquellos que dejan sus raíces por un mejor futuro, ayudar a que no se sientan abandonados, sino que de verdad pueden tener un cambio favorable y las personas con quien convivirán serán quienes los ayuden a sentir como en casa.

Estas migraciones significan un potencial crecimiento cultural para cualquier territorio, el Papa nombra varios ejemplos donde estas mezclas de cultura han transformado para bien varios países:

“En Argentina, la fuerte inmigración italiana ha marcado la cultura de la sociedad, y en el estilo cultural de Buenos Aires se nota mucho la presencia de alrededor de 200.000 judíos. Los inmigrantes, si se los ayuda a integrarse, son una bendición, una riqueza y un nuevo don que invita a una sociedad a crecer”.

Es cierto que estos intercambios culturales traen consigo grandes beneficios, pero no se debe ver de esta manera meramente instrumental, sino como propone Francisco amar, acoger y proteger al prójimo sin esperar algo a cambio. Hay países donde solo se pretende recibir a los científicos o a los inversores, son países que piensan solo en algunos beneficios y no lo hacen como familia humana. “Sólo una cultura social y política que incorpore la acogida gratuita podrá tener futuro”, dice el Papa.

El Papa Francisco también nos habla del amor que le debemos tener a nuestra tierra, a nuestras raíces y rasgos culturales, solo así será posible acoger a las personas ‘diferentes’ y percibir su aporte original. No es bueno crear murallas de defensa ante los migrantes, estos temores no permiten que haya un sano desarrollo ni para el pueblo, ni para quienes lo habitan.

“Porque en realidad toda cultura sana es abierta y acogedora por naturaleza, de tal modo que una cultura sin valores universales no es una verdadera cultura”.

El Santo Padre invita a todos los países a construir una ‘vecindad cordial’ entre sus pueblos. Ningún lugar, persona o cultura puede obtener todo de sí, los otros también son necesarios para crear una vida plena. También nos invita a incluir a los más pobres, ellos también tienen infinidad de cosas de las cuales se puede aprender y tal vez acoger.

La Orden Hospitalaria quiere seguir la invitación del Papa para promover esa fraternidad con los nuestros y también con los migrantes, acojamos y ayudemos a todos los que necesitan de nosotros sin juzgar diferencias.