Foto tomada de: Zenit

Foto tomada de: Zenit

El pasado 8 de diciembre, el Papa Francisco envió un mensaje dirigido a los líderes mundiales, gubernamentales y espirituales, a los responsables de las Organizaciones internacionales, a los fieles de las diversas religiones y a toda la humanidad. En sus palabras demuestra sus mejores deseos para la sociedad en general y le rinde homenaje a quienes han sufrido a raíz de la crisis del COVID-19.

Este mensaje se titula “La cultura del cuidado como camino de paz”, una frase que tiene un sentido profundo y relacionado con la crisis que vive el mundo. Es un llamado al cuidado del prójimo, a convertirnos en un mundo fraterno y crear conciencia con el objetivo de desarrollar una “cultura de cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día”, dice Francisco en su mensaje.

El motivo de las palabras del Pontífice es la 54° Jornada Mundial de la Paz que la iglesia celebra cada 1° de enero desde 1968, cuando el Papa Pablo VI declaró el primer día del año civil como “El día de la paz”. Este día tiene como finalidad dedicar los pensamientos y los propósitos de la paz en pro de construir un mundo mejor, en medio de tantos escenarios de violencia que se presentan día a día. El deseo del Papa Pablo VI era que la paz se promoviera año tras año, sin importar si se es o no parte de la iglesia católica.

Para esta jornada 2021, el Papa Francisco invita a inspirarse en la fraternidad, en el respeto mutuo, la solidaridad y también a promover, respetar y proteger los derechos humanos fundamentales.

Un punto importante de sus palabras es el cuidado por el prójimo sobre todo de los más frágiles, de quienes sufren, de los necesitados. Es así como le hace un llamado a «los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del mundo económico y científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas…» para ser buenos guías en el camino de la globalización e ir en vía de la superación de la desigualdad social, apreciando el valor y la dignidad de cada persona.

En sus ocho páginas, el mensaje del Pontífice relata un real y profundo deseo de que cada persona encuentre la paz empezando en su corazón:

“Se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”.

Foto tomada de: Vatican news

Foto tomada de: Vatican news

Es necesario empezar a construir la cultura del cuidado, de la fraternidad y del amor al prójimo, Francisco expresa que se necesita más unión para superar la actual crisis sanitaria y todas las crisis mundiales que han venido creándose a través de los años.

“A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales”.

El Papa envía un claro mensaje a los responsables políticos y al sector privado para recordar que los recursos monetarios de cada país podrían ser usados para prioridades más importantes que las armas, como la lucha contra la pobreza y la satisfacción de las necesidades de la salud, y ahora con la crisis sanitaria, Francisco llama a estos actores para adoptar las medidas adecuadas frente a la vacuna contra el COVID-19 y así garantizar que esta sea recibida por los enfermos y los más necesitados.

“Qué valiente decisión sería constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares “un Fondo mundial” para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres”

Foto: Orden Hospitalaria, Clínica San Juan de Dios de La Ceja.

Foto: Orden Hospitalaria, Clínica San Juan de Dios de La Ceja.

Desde la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en su compromiso de servir y cuidar a los más frágiles y a las personas en situación de vulnerabilidad, invitamos a ser parte de la Jornada Mundial de la Paz; pues como dijo el Santo Papa:

“Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida. No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás, especialmente de los más débiles; no nos acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día concretamente para formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros”.

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